Era sábado y habíamos quedado a primera hora para desayunar con los amigos, así que a las 10 de la mañana ya estábamos en Plaza de Sants y rumbo al bar donde habíamos quedado. Por lo visto ponían puestecitos de productos típicos en una plaza cercana, y la idea era ir después a dar un vistazo. Así que terminamos bailando a las 12 del día rodeados de Collas de Tamborileros, comiendo neulas recién hechas y haciendo trapillo que no tenía ni idea de lo que era, hasta que mi amiga Mire, me dio una clase express.
La mañana se nos fue echando encima con tanto ajetreo, y todos teníamos planes distintos para la hora de comer, así que nos despedimos y comenzamos nuestra andadura hasta el Restaurante escogido para la ocasión, Los Inmortales, un Italiano que aún recordaba.
Llegamos a la calle Sagués, creo que es la segunda vez en mi vida que pasaba por esa calle, y allí estaba, tal y como lo recordaba.
El restaurante se divide en dos salones principales, uno al principio con unas pinturas a modo de frescos en las paredes como si de una capilla se tratara, y un segundo donde nos ubicaron a nosotros, mucho más acogedor para mi gusto, con paredes de piedra oscura y una pequeña cristalera al fondo donde dejaba pasar algo de luz natural.
Fuimos relativamente pronto, y estábamos prácticamente solos, aunque nos sorprendió que parte de la clientela era habitual, muy buena señal.
Nosotros comenzamos pidiendo: Papardelle, salteados con langostinos, shiitake, habitas y tomate seco, que estaba riquísimo, la pasta se notaba fresquísima.
Pedimos también un Risotto ai funghi porcini, que hacia tiempo que no comíamos, ya que hay pocos sitios que hagan un risotto como dios manda, pues bien este estaba buenísimo.
Los segundos tampoco tenían desperdicio; Manitas de cerdo rellenas de setas y trufa.
Y bacalao asado con confitura de tomate y jengibre, queso ahumado y pimientos fritos, que por lo que me pareció era uno de los platos estrella, porque era rara la mesa que no servían uno.
Lo cierto es que estaba todo muy bueno, y las cantidades fueron bastante generosas, en definitiva más de lo que esperábamos.
Por cierto no he comentado que los dos salones se terminaron llenando por completo, así que a las 15 hr no habían ni una mesa libre.
Encasillando
Me pareció ideal incluso para algún tipo de celebración familiar o de cualquier otro tipo, ya que disponen también de un pequeño salón privado.
Precio medio por persona: 40 euros
Los Inmortales
Localización: Sagués, 25 - Barcelona
Teléfono del restaurante: 932 023 579
Teléfono de reservas: 931 594 297
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