No os podéis ni imaginar, la de blogs, revistas, y recomendaciones que he leído en las últimas semanas de Can Pizza, así que teníamos bastante intriga por ir a probar "insitu" una de ellas, y ver si realmente son tan ricas como las pintan.
Can Pizza está en el Prat, así que cogimos el GPS y nos vamos para allá, previa reserva claro.
Unas grandes letras en las paredes exteriores anuncian que has llegado a tu destino, y cuando estás en la puerta simplemente te enamoras, por favor, que lugar más bonito, no puede tener más encanto, nadie diría que esto era una antigua chatarrería.
Solo entrar, consigue transmitir un montón de sensaciones: huele a verano, a buen rollo, a fiesta, a largas noches con amigos tomando cervezas y riendo, todo eso transmite Can Pizza o por lo menos su terrazita que es donde estuvimos.
Como no podía ser de otra forma, pedimos cambio de mesa a la terraza, íbamos con el peque y era más cómodo para todos, allí podía jugar a sus anchas, corretear y gritar sin molestar.
En la carta puedes encontrar las pizzas blancas (sin tomate), las rojas (sin mozzarela) y las que llevan de todo que son las que nosotros pedimos con una buena base de tomate y mozzarela como a mi me gustan.
La primera fue una Pizza Melanzani, con berenjena, tomate cherry, ricotta, parmesano y albahaca, rica no, lo siguiente, desde este momento y mi pizza preferida, riquisima, deseando volver para comer otra exactamente igual.
Y una Pizza Capricciosa con aceitunas negras,alcachofas, jamón york, huevo y champiñones frescos. Muy rica también.
De postre una pannacotta con frutos rojos, deliciosa, y bien de tamaño.
Resumiendo, pues un lugar ideal para ir en familia o con amigos. Con una terraza que me enamoró. El servicio que no os he comentado nada, fue super atento en todo momento, serviciales y muy amables.
Encasillando
La pizza adquiere otro nivel, en Can Pizza.
Precio medio por persona: 20 €
Carrer d’Enric Morera, 74, 08820
El Prat de Llobregat, Barcelona.
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