Pero que requetebien que comimos en el Leka señores, teniamos pensado ir a otro sitio enfrente del mar a tomar un brunch brasileiro, pero tendrá que esperar, porque buscando, buscando "por si acasos", ya que ibamos sin reserva, encontramos el LEKA y nos apeteció más.
Restaurante, abierto, luminoso, de ambiente joven y curioso mobiliario lleno de pequeños detalles. El LEKA nos encantó a simple vista.
Durante el mes de junio disponian de un menú de tapas por 25 euros, que nos pareció perfecto, además saciaba todos los antojos que podías tener de la carta.
Consistia en Yuca frita con guacamole y siracha, aix, de este plato no me dió tiempo de hacer foto, teníamos tanta hambre que lo devoramos solo traerlo, y cuando ya estaba rebañando el plato, me dije: "ahhhh, pero si no he hecho foto" ja,ja,...
A continuación una cazuelita de mejillones aromatizados con jengibre, ajos, menta, alhabaca, pimienta y sal. Super ricos.
Por cierto, que no os he comentado que las tapas no se compartian, te traian tu platito para ti solito, así que esta cazuelita me la trinque yo solita, sin ayuda de nadie, ..... bueno, de mi peque, que no veas como le dio al mejillón y a la salsita.
Carpaccio braseado nórdico con queso ahumado. Un plato aparentemente sencillo, pero con muchos matices que lo hacian delicioso.
Ceviche de temporada. Riquisimo, a mi marido le pareció que le faltaba más leche de tigre, pero a mi me pareció perfecto.
Calamar marinado en Kimchi a la parrilla acompañado de un taboule de lentejas.
Y terminamos la ronda salada, con una increible Picaña anticuchera con permentier de ají amarillo y chalaca.
El punto dulce lo puso una Pavlova Rota, a base de merengue, frutos secos y no se que más llevaba pero estaba de muerte.
Por cierto, no os comentado que dentro del menú podías pedir también dos bebidas, en fin, mucho más de lo esperado.
Encasillando
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