Este domingo pasado fuimos a probar L'Ostia, restaurante ubicado en una placita del barrio de la Barceloneta. Hacía tiempo que pasábamos por delante y nos apetecía probar, me encanta este barrio, y la cantidad de oferta gastronómica que tienen, aunque si no conoces un poco, puedes caer fácilmente en uno de los muchos sitios que hay para turistas y que te metan un sablazo de quitar el sentio.
Entramos decididos, queríamos hacer unas tapas y la carta nos la sabíamos de memoria.
El interior es muy cuco, la entrada con mesas y taburetes altos, un pequeño reservado y un pequeño salón en la planta de arriba, y una segunda planta a la que no bajamos, pero que intuyo sería de grande como la primera.
Estaba hasta los topes, y no queríamos estar en la terraza, con el peque y en invierno, siempre es complicado, y eso que la tenían muy bien acondicionada con estufitas y todo.
Rápidamente, nos cogieron una mesa de fuera y nos la colocaron en el interior, en un rinconcito donde no molestábamos y estábamos calentitos.
Todo en la carta tenía muy buena pinta, además tenían sugerencias del día todas muy apetecibles, pero había que escoger entre tanta cosa, así que comenzamos con una ensaladilla rusa, muy rica, caserita como debe ser.
Un poquito de pan con tomate, no puede faltar nunca, y estaba especialmente rico.
Las bravas originales de l'Ostia, con carne picada y dos salsas, picantitas, como deben ser.
Calamares a la romana, con esta presentación tan chula, estaban buenisimos, mi niño se puso como el kiko, solo hacía que pedirme, y como dijo el Jefe de Sala, esa es la opinión que me interesa, la de un baby que simplemente le gusta o no. Y le gusto, vaya que si le gusto, ja, ja,...
Terminamos con un estofado de rabo de Buey, delicioso, se desacía por completo, iba sobre un fondo de puré de patata super ligero, que a mi marido le sobraba o más bien hubiera preferido otro acompañamiento, pero a mi me encanto.
De postre una Tarta Tatin, que aunque era caserita, no es de las mejores que he probado, aix es que me encanta esta tarta y es tan difícil encontrar una rica, rica, aunque parece fácil tiene su truquillo como todas las cosas.
En definitiva, pues que comimos de lujo, nos sirvieron de lujo, porque aunque no lo he mencionado es servicio me pareció excepcional, estuvimos super bien atendidos, como colofón final nos dejaron una botellita de hierbas encima de la mesa, para que nos sirviéramos a nuestro antojo, yo la verdad es que con un chupito de esos ya tube más que suficiente para el resto del día, ja, ja,..
Precio medio por persona: 25 / 30 euros
Encasillando
Taberna gastronómica con tapas elaboradas y productos de máxima calidad
Pl. de la Barceloneta 1-3
Barcelona
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