lunes, 4 de mayo de 2015

Rest. MatísBar

Que abras la puerta del despacho y te encuentres a tu marido y tu niño, aix, eso si que no tiene precio. 

Porque aunque no os lo he dicho, he sido mama de un preciosisisimo baby que ya tiene 6 mesazos y que encima es super bueno, y podemos seguir haciendo nuestras comiditas, así que ese el motivo por el que últimamente escribo menos.

El caso es que vinieron a buscarme al trabajo, y aprovechamos para probar un sitio que hacia tiempo queríamos ir, un joven cocinero, que habíamos visto recientemente en un programa de cocina por la tele y nos había gustado mucho, y encima habíamos leído que había estado trabajando en un restaurante con estrella, todo sonaba muy bien, solo faltaba ir a probar.

El MatísBar se encuentra en la planta baja de el colegio de Arquitectos de Catalunya, al lado mismo de la Catedral de Barcelona, un lugar amplio, cómodo, tranquilo y con ascensor para ir con el cochecito del bebe, algo que tenemos muy encuenta últimamente, lugares de fácil acceso y más o menos amplios donde quepa el cochecito y no molestemos a nadie.

 

Nos decidimos por el menú PimPam, un menú de 25 euros compuesto por 7 platillos, postre, bebidas y café. No esta nada mal, eh? pues preparaos para hacer salivera.


Comenzaron con un bombón de queso y tomate, un pequeño bocado de cuchara, me hubiera tomado 20 como este, umm riquisimo.


Continuamos con un embutido, cortado muy, muy finito, se comía como pipas, que delicia.

 Una mazamorra de Córdoba, ja, ja, que raro suena el nombre, eh!!! yo tampoco tenía ni idea de que era eso, pero para los que como yo, no tengáis ni idea es una especie de salmorejo.

Rosbif de vaca con piñones y limón, uff, esto iba "in crescendo" señores.


Mejillones a la vinagreta de cilantro, los servían con una cama de sal, un mejillón grande y jugoso, recubierto de una picada de verduritas que estaba sencillamente espectacular.


Tortilla de bacalao, jugosa como ella sola, creo que el bacalao estaba hecho brandada, aunque no lo preguntamos, en cualquier caso, riquisimo también.


Y para terminar unas albóndigas a la jardinera, servidas en esta ollita tan requetebonita.


En la carta, habíamos visto también un par de platos que nos apetecía mucho probar, pero solo probamos uno de ellos, el arroz Parellada, servido en esta cazuelita. Dejamos 5 min. de reposo y ale, pa dentro, madre mía que delicia.



Y ahora si, llego la hora del postre, un arroz con leche, que hacía años que no comía, con una bola de helado.



Resumiendo, pues que disfrute como una niña, muy buenas elaboraciones, platos sencillos pero con un toque personal que los hacen increíbles. Bravo por Artur Martinez.

Encasillando
Para darse un homenaje sin dejarse el bolsillo.

Precio medio: 30 € persona
Plaça Nova, 5


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