Os pongo en situación, iba a ser el cumple de mi marido y como mes y medio antes me puse a buscar lugar para la íntima celebración, que si con estrella (de las de Michelín, eh!!!) , que si sin estrella, que si de marisquito, o de carnaca, que si, que si, ... quería que fuera tan especial que estaba hecha un lío.
Finalmente me decidí por uno en cuestión "Espai Kru" en concreto y allá que hice mi reserva mes y medio antes (no fuera a ser que me quedará sin mesa, ja, ja, que le vamos a hacer soy así de exagerada).
Por fin, llegó el día en cuestión, yo estaba bastante emocionada con todas las sorpresitas que le había preparado y con la super cena que nos íbamos a meter. Total que quedamos a la hora pactada, hicimos unas cervecitas para hacer tiempo y finalmente comenzamos a andar hacía el sitio elegido, cuando de repente nos paramos delante del Pakta (el Pakta, es el nuevo restaurante de Albert Adría) y había sido uno de los sitios que había estado mirando para reservar, pero después de una semana metiéndome cada día en su web e intentar que se liberara una reserva, decidí pasar del tema.
Bueno, al lío que me enrollo como una persiana, que estábamos allí delante comentando que no sabíamos que estaba en la calle Lleida, cuando de repente sale una chica y le preguntamos medio en broma que si tenía mesa, y ATTENTION PLEASE, que nos dice que siiiiii, ahhhh!! no nos lo podíamos creer, que se le había anulado una reserva y que si queríamos.... pues eso que adelante.
El caso es que no sabíamos muy bien que hacer, por un lado nos encantaba la idea, pero por otro no queríamos hacer un feo al otro sitio, pero todo se soluciono cuando la chica nos dijo que no nos preocuparamos que "Espai Kru" era del grupo y que ellos mismos se encargaban de anular la reserva.
Más aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!! Increíble.
Así que entre risas, alucinados y de todo, allí que entramos.
El sitio era más bien chiquitito, pero perfectamente decorado como con una especie de telares que atravesaban toda la sala. A nosotros nos sentaron en la barra, yo creo que era el mejor sitio con diferencia, nos encanta ver como trabajan y hacen esas maravillas de platos.
Habían dos tipos de menús uno corto y otro largo, así que mientras nos decidíamos pedimos un Pisco Sour que estaba riquísimo muy suavecito.
Por cierto, que no os he dicho que aquí hacen cocina Nikkei (japo-peruana) una buena combinación.
Finalmente nos decantamos por el menú corto, y eso de corto es un decir, el otro nos pareció demasiado para cenar. El chico nos explicó que duraba aproximadamente dos horas, no está mal, ¡ostras dos horas comiendo, parece una pasada!
Y comenzaron trayendo esta bandejita de aquí abajo, tan preciosa que daba pena tocarla y comérsela. Lo cierto es que no podría explicar muy bien que es lo que comimos eran todo nombre extrañísimos que no sabría decir ahora mismo, lo que si que os puedo decir es que estaba que te mueres.
Siguiente plato, este si que me acuerdo de algo, nos trajeron unos chips de yuca por un lado y por el otro la semilla de tomate con mejillón y choclo, lo mezclabas todo junto con la yuca. Muy refrescante.
Este otro era como tartar de atún creo recordar, que colocabas encima de un mini alga nori extra crujiente.
Y aquí las "causas" que le llaman, pero ¿Por qué les llamaran causas? ¿Por qué te causa un éxtasis alucinante en la boca? Es un misterio para mí, pero la de la izquierda, "uff, demasie pa mi body".
Niguiris, especialmente rico el de la izquierda que tenía como un sabor ahumado y ha brasa increíble.
Ceviche, ummmm riquísimo, me encantan.
Un plato algo curioso pero que nos sorprendió, por un lado nos trajeron la cremita esa amarilla que veis que parece crema catalana y por otro nos trajeron los sobas fríos, si si fríos, lo mezclabas con la cremita y ale "to pa dentro".
Por aquí las gyozas. No podrían faltar, y riquísimas para variar.
Un bacalao negro, delicioso, bueno lo siguiente.
Y para terminar con lo salado, claro, un lomo de ternera gallega con verduritas, un colofón final de 10 no de 1.000, increíble.
Y comenzamos con los postres. Ya habíamos visto pasar estos pequeños troncos con sus orugitas incrustadas y nos habían encantado, así que cuando nos los trajeron se nos puso cara de tontos, eran tan monas, que daba pena comérselas, pero lo hicimos, je je, que os pensáis! era un malvavisco con punta de chocolate, ummmmmm
Le siguieron los merengues de fruta de la pasión con helado de dulce de leche con un buen chorreón de pisco, que como no fueras con un poco de cuidado el postre te dejaba bastante alegre.
Y para terminar unas rosquillas. Pero que presentación tan preciosa, parece enteramente un cuadro.
Con los cafés nos trajeron una cajita monísimas que contenía una onza de chocolate de té y una piedra de chocolate.
Aquí lo veis mejor.
En definitiva, un sitio muy especial, para un día muy especial. Disfrutamos de lo lindo, nos trataron genial, comimos aún mejor y bebimos los justo (que yo conducía).
Encasillando:
Recomendable 100% , sobre todo si quieres celebrar algo, eso sí, la reserva no te será fácil de conseguirla, así que ya puedes empezar.
Precio medio: 100 euros por persona.
Restaurante Pakta
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