Un día redondo sin lugar a dudas, que hacía muchísimo tiempo que teníamos ganas de hacer y disfrutar. Y es que hace ya bastante tiempo que queríamos probar la cocina del Nandu Jubany, pero por una cosa o por otra no habíamos podido ir. Así que nos organizamos un día entre semana y nos fuimos para la zona de Vic, famosa por sus embutidos.
Nos habíamos organizado bien todo el día, ya que nos desplazábamos a unos cuantos kilómetros de Barcelona, nos pareció interesante hacer una pequeña excursión para coger hambre y encarar la comida con más gana. Así que hicimos la ruta del Molins, pero podéis encontrar un montón más. Esta es una ruta que recorre distintos molinos de agua, resultó un paseo la mar de agradable.
Así que después de la paseada y bastante hambrientos nos dirigimos a degustar las propuestas del Chef Nandu.
Como llegamos un poco pronto, dimos una vuelta por las instalaciones y pudimos ver que tenían huerto propio y bastantes gallinas, la cual cosa hizo que aún nos entrara más hambre, una vez acabada nuestra pequeña incursión por las instalaciones, nos decidimos a entrar.
El restaurante es una típica masía pero actualizada a nuestros días, es decir, combina elementos antiguos con otros modernos, aportando un toque de calidez y sofisticación.
La masía está dividida en dos pisos y en cada piso varias salas, lo cual invita a un ambiente más íntimo. Solo entrar nos encontramos al Chef haciendo de anfitrión a todos los clientes, de una forma muy cercana.
Desprendía buen humor y daba buena cuenta de su implicación en el restaurante.
La carta se divide en tres menús. Nosotros nos decantamos por el menú Memoria, que vendría a ser el corto, si es que se puede decir así, porque os puedo asegurar que esa noche no cene.
Para abrir boca comenzamos con un corte de Mojito, un bocado muy refrescante sin duda y que te preparaba para lo que vendría después.
Continuamos con una ligera Coca de Vidre con piñones y toques de jamón ibérico, una mini longaniza y productos del huerto a base de zanahoria, remolacha y una reproducción de una piedra comestible que resulto ser un bocado de queso azul con ciruela, y todo esto presentado en un tiesto recubierto con una tierra que también te la podías comer, no sabría decir que llevaba pero estaba riquísima.
El siguiente plato fue una crema de Ceps con huevo de codorniz pochado y "Camagrocs", aquí ya empezamos a relamernos, nos podíamos haber comido 4 o 5 de estos, ya empezábamos con cosas más serias.
Continuamos con una Coca con foie e higos caramelizados.
Huevo con setas y panceta.
Un arroz seco de espardeñas con caldo de escamarlanes, presentado en la misma paellera para ir comiendo de allí mismo (me encanto este detalle).
Cerdo rustido i confitado con chutney de piña, mango y pera.
Antes de los postres, quisimos hacer una tabla de quesos que compartimos, acompañada de mermelada de naranja amarga y tomates confitados.
Y terminamos con dos postres, un primero muy refrescante, a base de una sopa de frutos rojos con helado de queso fresco y unos Buñuelos hechos al momento rellenos de crema catalana.
Los cafés los hicimos en una terracita la mar de mona que tienen, y nos trajeron unas cuantas golosinas y pastitas de acompañamiento, todo presentado en esta cajita tan chula.
La comida la acompañamos de un Priorat de la bodega de Alvaro Palacios, muy buena relación calidad precio.
Y para terminar la jornada, nos percatamos que había un desvío donde ponía que vendían leche fresca, y allí que nos acercamos a comprar, y tendría que ser fresca fresca, porque habían un montón de vacas y terneritos.
Encasillando
Restaurante top, cocina de esencia clásica pero actualizada.
Restaurante Can Jubany
CTRA. DE SANT HILARI, S/N
CALLDETENES (BARCELONA)
T. 93 889 10 23
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