Aquí os traigo una pequeña joyita que hemos descubierto hace poquito, poquito, y que me encanto para cualquier día de la semana, mañana, tarde o noche. Tienen un rollito la mar de chulo, con música en directo varios días a la semana, buena cocina, buenos cócteles, buen ambiente, buen servicio, ... que más se puede pedir?
El Mandacarú se ubica en la zona del Poble Sec, una calle fuera del circuito de bares y restaurantes de la zona, cosa que me encanta, una pequeña entrada que invita a entrar.
El restaurante en si, es más bien, chiquitito, super acogedor, con un pequeño saloncito a la entrada, para hacer una copa, la barra y el pequeño escenario con piano incluido, y al final de todo el comedor monisimo de la muerte, con paredes de piedra vista, mesas de madera y detallitos que lo hacen super acogedor.
Nosotros fuimos un mediodía con nuestro retoño, como no podía ser de otra forma, así que como el lugar me pareció un poquito estrecho entre primero para analizar la situación y ver donde nos podíamos ubicar, el chico super amable, me dio a escoger donde nosotros nos viéramos más cómodos y molestáramos menos claro, porque ahí que decir que muy carritos friendly no es, aunque estuvimos genial.
La cocina que tienen, que aún no os lo había dicho es vegetariana y deliciosa.
Nosotros comenzamos con un dúo de humus con tostaditas, riquisimo, con su sésamo tostadito, su aceitito rico, su pan de pita, ummm
Después continuamos con unas croquetas de espinacas a la catalana, deliciosas.
Berenjenas fritas con miel de caña, en fin, esto nunca falla, y más si te encantan las berenjenas como es nuestro caso.
Como platos fuertes, pedimos los canelones de verduritas con bechamel.
Y el estofado ahumado de garbanzos y níscalos, que la verdad es que te lo presentan es esas ollitas tan monas, que ya solo por la presentación esta rico, pero es que después lo pruebas y está superior, aunque en el caso de los garbanzos, si hubiera tenido un punto picante hubiera estado aún mucho mejor. Pero tengo que decir, que comentamos precisamente esto mismo y nos sorprendió que fue a cocina y le oímos como pasaba nuestra sugerencia "nos encantó".
Para terminar, y como no podía ser de otra forma un postrecito, en este caso un cheesecake, rico y caserito.
En definitiva, un sitio super agradable, donde cocinan con amor, y con muy buena intención. Y es lo que muchas veces decimos, no hace falta complicarse, pero lo que hagas hazlo bien. Y este sería un claro ejemplo, cocina sencilla, pero con mucho sabor, y muchas ganas de hacerlo bien y eso os aseguro que se nota.
Encasillando
Lugar con aire romántico y buena cocina, ideal para disfrutar de música en directo en un ambiente íntimo.
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