Un chiringuito ubicado en la maravillosa montaña de Montjuït, así que el mar lo verás pero no lo catarás, pero las vistas (todo hay que decirlo) son espectaculares.
Desde que abrieron, se me puso entre ceja y ceja que teníamos que ir aprobar, y más sabiendo que los del Cañete estaban detrás de este tinglao. Así que finalmente fuimos ha cumplir con nuestros deberes.
Punto positivo, tienen aparcamiento para el coche, no se vosotros, pero para mí es un gran descanso, ya que a veces aparcar se convierte en un verdadero suplicio.
El sitio me pareció super bonito, una gran terraza con grandes sombrillas naranjas, cómodas butacas y mucha maceta con arbolitos, todo muy integrado. La cocina esta en el centro y esta dentro de un contenedor de estos del puerto para traer mercancías, también en color naranja.
La camarera nos explicó que podíamos hacer menú por 40 € o pedir de carta. ´
Nosotros escogimos el menú.
Comenzaron trayéndonos el vermut, en una cesta de mimbre llena de hielo, donde habían: dos botellas de vermut especial de la casa, sifón, los vasos con el pincho de naranja y la aceituna correspondiente y un cucharón. ¿Y ese cucharón?
Pues el cucharón, era para ponerte olivas tanta veces quisieras, en la entrada habían dos grandes cuencos con dos tipos distintos de olivas, así que solo tenían levantarte y llenar el plato.
El aperitivo incluía también, ensaladilla rusa, croquetas y mejillones. Como éramos seis, nos comentaron que podíamos hacer tres y tres, así que nos llegó 6 croquetas (1 por cabeza), dos platos de ensaladilla y dos ollas de mejillones, nos comentaron que habían incluido más cantidad en estos dos últimos, pero no nos quedamos muy conformes.
Todo muy rico eso si que si.
Llegó el turno de los arroces, pedimos tres diferentes para probar.
Uno de pescado de roca, un Rossejat y el último el del "Señorito".
Incluido también en el menú había una botella de vino por pareja, ¡no está mal! Y una ensalada de lechuga y cebolla dulce (que nos pareció algo sosa, yo le hubiera echado aunque sea un tomate).
La tercera paella tardaba en salir, así que tuvieron el detallazo de invitarnos a una ración de jamón con pan con tomate que voló, estaba de vicio.
Por fin llegó la del "Señorito", y la espera bien valió la pena porque todos coincidimos en que era la mejor.
En cuanto a las paellas tengo que decir que nos parecieron algo escasas tanto de arroz como de tropezones.
Los postres y los cafés también estaban incluidos: helado de yogurt con fruta de temporada y crema catalana.
Aquí la dolorosa, sin trampa ni cartón, 40 euros por cabeza según lo acordado.
Encasillando
Agradable chiringuito donde disfrutar de buenas vistas y disfrutar de un menú paellero.
Chiringuito Martínez
Parque de Motjuïc
Carretera de Miramar nº 38
T. 93 1066052
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