lunes, 21 de diciembre de 2015

Rest. Petit Comitè

 Y por fin después de casi cinco años he vuelto a tener comidita de Nadal, y en un sitio chuli, chuli, nada más y nada menos que en el Petit Comitè de Nandu Jubany.

Cuando en el trabajo me dijeron, "Elena hay que buscar restaurante para celebrar la comida de Navidad", entre el montón de opciones que di: unas más económicas, otras menos, el restaurante del Nandu fue el seleccionado.

Así que más feliz que una perdiz, fuimos el día indicado a la hora pactada, a disfrutar de nuestra comidita.

Tengo que decir, que nos hicieron esperar un poquito demasiado hasta que nos dieron la mesa, no se si no la tenían preparada o cual era el problema, menos mal que íbamos con las risas y la guasa, y no se nos hizo muy pesado. 


Por fin, ya colocaditas en nuestra fantástica mesa, con la mega bolsa que llevábamos con nuestros regalos de amigo invisible, y nuestras mega cartas, para ver que comeríamos, era hora de comenzar el festival.

Finalmente nos habíamos decidido por un pica-pica de primero y un segunda cada una.

Así que mientras nos traían nuestros entrantes a compartir, nos trajeron un par de tapitas una de foie con manzana con tosta caramelizada y otra de pulpo. 




De pica-pica hicimos unas anchoas de la escala, croquetas de jamón, buñuelos de bacalao y una ensaladilla de ventresca de atún.
Todo rico, rico, riquisimo, aunque tengo que decir que el servicio iba algo acelerado, a mi compañera le quitaron el pan, aun no habíamos cogido la última croqueta que ya nos quitaron el plato, en fin, nos sentimos un poco agobiadas con el servicio, que no nos pemitía relajarnos del todo, supongo que el tema de las comidas de empresa hizo estragos, aunque no me parece excusa.





De segundos, yo me pedí  el arroz cremoso de gamba roja de Blanes y sepia, que estaba increíblemente rico, la gamba estaba puesta a modo de carpaccio por encima de todo el arroz, y al cogerlo todo junto tenía un sabor a mar único.


Otra compañera se decidió por el arroz negro de almejas, sepia y calamar, que pude probarlo y estaba también exquisito.


Y el resto de la mesa pidieron atún rojo a la brasa en escabeche y verduritas. El atún estaba de 10 y las verduras al dente, perfectas.


Y para terminar, pedimos un par de postres, unos buñuelos rellenos de crema catalana y un pijama, un postre muy típico de los años 70 /80 y que ya no se suele ver en cartas, así que nos llamo la atención el ver en que consistía, trocitos de fruta, nata, una tierra de caramelo, un helado, en fin delicioso.

Aquí tubieron también otro fallo, por un lado que los postres tardaron muchísimo en salir y por otro lado que nos trajeron los petit fours antes que los postres.




Así que resumiendo, aunque la comida estuvo fantástica, como cabía esperar, el servicio no estuvo a la altura, incluso hubo alguna que otra mala contestación por parte del personal de sala que nos atendió.

Precio medio: 50 / 75 euros por persona.

Encasillando
Fantástico restaurante para degustar la cocina del Nandu Jubany si no te apetece subir a su restaurante en Calldetenes.

Passatge de la Concepció, 13 08008, Barcelona











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