miércoles, 7 de noviembre de 2012

Karts + Comilona

Este fin de semana decidimos ir a los karts con unos amigos. Los probaba por primera vez en mi vida.


Mareo, es la única palabra que se me ocurre para encasillar esta actividad. 

Solo llegar vi unos mini - karts y me pregunte como entraría allí, después lo entendí, esos mini – karts eran para los niños, pequeños mini- Alonsos,  que iban equipados con su mini - mono reglamentario, su mini - casco, etc., etc.

 El recinto desprendía un olor a gasolina mareante, y así es como comencé a sentirme cuando llegó todo el grupo, como la idea no me apasionaba dude en coger uno, así que cuando vi que habían biplaza me decidí a probar, conduciría mi marido, que todo hay que decirlo (no tiene carnet) pero es así de atrevido. Bajamos a pista, y ya comenzamos bien, nos colocamos una especie de gorros de ducha que fue la risa, para después ponernos el casco, y así nos metimos en pista.

Como corría aquello, derrapadas, adelantamientos, velocidad a tope,… resumiendo: dolor de cabeza, dolor de riñones, ganas de vomitar, y no sé cuantas emociones y sensaciones pude llegar a contabilizar subida a aquel aparato, pero la cosa no acaba aquí, no!!! Todo fue a peor cuando hicimos el cambio y tuve que llevarlo yo. No me aclaraba, iba súper lenta, el volante iba durísimo, los karts de adultos comenzaron a adelantarme, los mini – karts también me superaban, hasta los que daban un trompo y tenían que volver al circuito me terminaban pasando.

Está claro que los Karts son, o para niños o para hombres (que es lo mismo). Lo que está clarísimo es que para mí no son.

Lo mejor de todo fue cuando finalmente nos fuimos a comer, y nos metimos una comilona impresionante. Aquí os dejo unas fotos con los mejores momentos del día.




 Como veis ni una foto de karts.    :)

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